miércoles, 17 de marzo de 2010

Medio vasco sanfernadino entomecinado ressitente y solidario esencial

Para el Pepe Moral
Durante un tiempo Darwin, mi hijo quiso ser mago. No para aprender trucos sino porque cree en que lo mágico existe. Donde la gente explica lo extraordinario en el truco o en la fe , el encuentra la magia, la misma del amor y las cosas grandes. Darwin bien conjuga su atributos senti-pensantes. Para otros será milagro. Para mi da lo mismo la causa o explicación lo importante es que ocurren.
Como lo siguiente.
Es un domingo soleado, temperatura primaveral (a pesar que estamos casi en otoño). La noche fue calma, si hubo réplicas (que las hubo) pasaron desapercibidas por el acostumbramiento, por lo suaves de ellas o por lo pesado que se pone el sueño luego de tanto sobresalto.
Como mi gente había salido a ver a familiares y estaba sólo, Paulina y Claudio me invitaron a almorzar. Un fresco aire separaba mi patio con el de ellos. Un par de trizaduras en el terreno que salen ¿o parten? de los pollos cimientos de mi casa que lucen agitados.
El olor a la salsa bolognesa sale de la cocina recién terminada de despejar de lozas quebradas, legumbres desparramadas y muebles desempotrados. En la mesa del comedor, ubicado muy cerca de la puerta-ventana, unos trozos de queso, tostada de ajo que incitan al fin de una mañana que se alarga los domingos hasta confundirse con la bien avanzada l tarde.
Claudio descorcha una botella inusualmente oscura de tinto Coyan. Desconocida, para nosotros, marca de vino colchagüino. (dice la etiqueta que significa Roble en mapudungun). Escancea los vasos, el líquido es mas tinto que los acostumbrados para los paladares del casi sur de Chile. El aroma apetitoso. No podríamos decir que se nos “hace agua la boca” pero se nos llena de jugos ansiosos.
Y al unísono alzamos las copas y las chocamos, cristalinas, con un “salud. Por el Pepe”.
Es un hito. Pareciera que este almuerzo, cocinado con los tallarines, salsas y queso que Pepe envió el mismo sábado 27 del terremoto, en una camioneta que luego de largas peripecias de dos semanas llegó a Tomé. Entremedio de los no perecibles, como viajando de pava, la botella de vino fraterno que descorchamos este domingo. Es un almuerzo distinto. El primero con el rito de la mesa como tabla de salvación. Nos emociona no sólo la carga acumulada por las replicadas tensiones de los noches y días pasados. El Pepe el apuntó al nuevo tiempo, al que se inaugura luego de la catástrofe que se llevó, con las olas y los muros caídos, el exitismo y la famosa nueva clase media aspiracional. Aspiracional de qué? De chalecitos, autos suficiencias motorizadas y egoísmos superfluos.
Es la enseñanza de este medio vasco sanfernadino resistente entomecinado y solidario esencial.
Gracias Pepe
Galaxia de Tomé, 17 de marzo de 2010

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